martes, 20 de septiembre de 2011

ESAS PEQUEÑAS COSAS

Muchas veces, al hacer fotos,caemos en los mismos tópicos de siempre sin darnos cuenta,y nos alejamos sobremanera de la originalidad. Sin embargo, tampoco es necesario viajar a India o tener un buen equipo fotográfico (aunque ayuda)para obtener un bonito recuerdo en forma de fotografía.
Como siempre, son las pequeñas cosas las que hacen de la vida algo bonito, y lo mismo ocurre con la cámara.
El otro día, sin ir más lejos, acompañé a mi hermano y a mi padre a arreglar sus bicicletas. Mientras ellos estaban en la tienda, yo me quedé esperando en el coche, y me puse a observar a mi alrededor. Me di cuenta de la cantidad de cosas que se nos escapan cada segundo, mientras hacemos nuestras cosas. La vista que me ofrecía el retrovisor, la mirada de un niño que iba amarrado al torso de su madre por un pañuelo estratégicamente colocado o dos coches de la misma marca, aparcados (o mal aparcados mejor dicho) cada uno mirando en una dirección. Parecían bailar.

En el coche de al lado, una chica esperaba también a alguien que se encontraba dentro de la tienda de bicicletas. Se maquillaba, produciendo un curioso gesto de ojos al hacerlo, a la vez que ponía "morritos" inconscientemente. Digno de fotografiar. De su espejo retrovisor, colgaban varios signos de su personalidad: Un crucifijo, un escudo del Real Madrid y una tira con los colores de la bandera de Argentina. Una buena manera de reflejar su personalidad mediante una fotografía, pensé.Aunque tal vez el coche no fuera suyo, pero bueno.

Al echar la vista atrás para ver cuánto tardarían en terminar mi padre y mi hermano, observé que desde la cristalera de la tienda se podía observar toda una fila de diferentes bicis de colores Diferentes colores, pero sus ruedas se encontraban estratégicamente y perfectamente colocadas en paralelo. Una bonita fotografía de formas y colores,de líneas, de volúmenes.

Pasado un rato, por fin fuimos hacia casa. Bajamos por una carretera que tenía a izquierda y derecha sendas filas de farolas que iluminaban todo el trayecto. Cuando la carretera comenzó a dibujar diferentes curvas iluminadas, me di cuenta de que sería una imagen muy bonita para colgar de la pared de mi habitación. Al llegar a casa,fui al baño a limpiarme los dientes, y no pude dejar de fijarme en todo aquello que me llamaba la atención para hacer "click" con mi cámara: los curiosos cocodrilos pintados en las cortinas de la ducha, el vaso lleno de cepillos, que parecían dialogar entre sí, una figura formada por los rollos de papel higiénico, sin duda obra de mi hermano pequeño.

Si te lo propones, es casi imposible soltar la cámara.